¡lo más difícil NO es la tecnología!
La tecnología aprovecha las vulnerabilidades de nuestro cerebro, al igual que hacen los magos cuando crean ilusiones en nuestras mentes.
Han conseguido que nuestro teléfono funcione como una tragaperras, utilizando los mismos mecanismos adictivos para nuestro cerebro.
Como padres nos desenvolvemos como podemos, ante el galimatías de un sistema educativo no preparado para la formación online, cada profesor(a) utilizando una herramienta diferente para comunicarse con sus alumnos.
Una administración pública y unas grandes corporaciones ancladas en la ortodoxia de la burocracia del siglo XX.
La mayoría de las empresas y trabajadores, siguen confudiendo la digitalización con la informatización (cosa, esta última, que debió quedar superada en los años 80/90).